jueves, 5 de julio de 2012

Historias, Relatos, Mitos y Leyendas: El Justo Juez de la Noche


Esta leyenda es la primera de una serie que espero poder compartir con todos ustedes; algunas me las contaron desde pequeño, otras las he escuchado o leído hace poco tiempo, pero todas han sido parte de nuestra cultura, no solo como Salvadoreños, si no también como Chalchuapanecos; decidí comenzar con una de las leyendas que mas me gustan, en la versión de un notable Chalchuapaneco, el profesor Josè Humberto Menèndez, publicada en "El Libro del Pueblo"

Sello postal de la serie emitida por la Direccion General de Correos
en el año 2004 "Leyendas de El Salvador"

Por las viejas calles del pueblo y por los caminos vecinales de los alrededores, en aquellas noches cuando la luna cubre con su velo la luz del valle de Chalchuapa, suele verse a lo lejos la elegante y gigantesca figura del JUSTO JUEZ DE LA NOCHE, una sombra semitransparente que parece flotar sobre las negras crestas de los árboles y hacer cosquillas con la larga copa de su sombrero en el vientre luminoso de las estrellas, que adornan el oscuro biombo del cielo; luciendo su impecable frac color negro y sobre su cabeza una chistera de similar color.

Va saltando de cerro en cerro, dando pasos de a kilometro, pasando ríos y barrancos, reflejando por la acción de la luna su gigantesca sombra sobre la espalda inmensa de la llanura. El silencio es el señor de la noche, solo se escucha de cuando en vez, el grito de los cocuyos amparados a los troncos y el croar de las ranas en los chagϋites de los zacatales. No le temas, no es un emisario del mal, es un enviado de los duendes tutelares de la noche para velar por que la quietud de la noche impere sobre el pueblo que duerme y ahuyentar con su gigantesca figura, que sobrepasa lo cerros,  a los duendes burlescos que vagan amparados por las sombras de la noche, o los brujos que convertidos en tuncos, micos o monos, vagan amparados vagan por los campos, amparados por las sombras irrumpiendo silenciosos en los amplios patios campesinos, para robar impunemente , según ellos, en los gallineros y los corrales, sin saber que a la vuelta del camino les espera la Némesis de los malvados, el defensor de los buenos, el coloso de las sombras, el Justo Juez de la Noche.

Prof. Jose Humberto Menéndez

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